Definitivamente resulta absolutamente necesario comenzar mencionando que los conceptos, sostenible y banalidad, no tienen relación alguna bajo un mismo contexto de desarrollo. Todo lo banal hace alusión a cosas comunes y sin importancia, mientras que hoy el término sostenible apunta a todo lo contrario.
Si bien a lo largo de la historia del hombre la evolución ha tenido que soportar consecuencias negativas a costa de la inserción de nuevas mejoras a favor de una mejor calidad de vida, en la actualidad no podemos darnos el gusto de obviar ciertas acciones que han contaminado el planeta y que a largo plazo se están convirtiendo en una problemática fuera de control, principalmente debido a las altas emisiones de carbono y la poca preocupación por el individuo y su entorno.
Desde hace 40 años se viene hablando sobre la necesidad de un cambio, en conferencias y reuniones se han debatido diversas posturas que han pretendido generar consenso a la hora de abordar el tema y es dentro de esta preocupación, donde nace el concepto “sostenible” como tal, el que se refiere a la integración de 3 conceptos - social, económico y ecológico - bajo una misma mirada, para satisfacer así las necesidades de la población actual, dentro de los límites de los ecosistemas, sin poner en peligro la capacidad de que las nuevas generaciones puedan satisfacer las suyas.
Entregar servicios ambientales, sociales y económicos igualitarios, al individuo y al conjunto de estos, es primordial si se pretende entender que es necesario lograr hacer coincidir los conceptos de expectativas y necesidades, para generar un bienestar físico, mental y social, aprovechando los recursos existentes inagotables.
La Arquitectura no debe ser indiferente a este cambio y debe aprovechar las herramientas que se manejan para generar una mejor calidad de vida, sin deteriorar el medio ambiente que nos rodea; estrategias de carácter pasivo, investigación de nuevas técnicas y tecnologías, comprensión del entorno, respeto por la naturaleza, aprovechamiento de las fuentes de energía naturales inagotables, etc. Es absolutamente necesario empezar a generar buenas prácticas e internalizar estos conceptos en el quehacer diario, para así demostrar que la preocupación es real y no sólo parte de una época más dentro de la historia.