La construcción sustentable debe considerar no solo el uso de energías renovables no convencionales y la generación de estrategias pasivas en el proyecto, sino que además debe asimilar cada una de las partes que componen este proceso para ser integradas, a través de la investigación, logrando generar un aporte total a la disciplina.
Para aplicar el concepto de materiales sustentables, es necesario entender que la sobreexplotación de recursos trae consigo el agotamiento del material, por lo que se debe considerar la fuente del material y el tiempo en que llega a volverse útil, como ocurre por ejemplo, con la madera.
Al igual que las fuentes de energía no renovables, las que el ser humano se ha encargado de consumir en exceso, contaminando y constribuyendo de mala manera al cambio climático, los materiales pueden agotarse y comportarse termicamente de una forma no adecuada, emitiendo CO2 y generando perdidas al interior de la vivienda. Si bien el material en si tiene un comportamiento propio, es necesario considerar el hecho de que el proceso de fabricación también consume energía, por lo que la elección de los materiales debiese considerar ambos puntos. Por lo tanto, resulta primordial evaluar desde ambas perspectivas cual es el mejor material a integrar en nuestro proyecto.
Un último punto a considerar es ¿qué sucede cuando el material finaliza su vida útil?. Es necesario entender en que grado su descomposición y el tiempo que esta conlleva genera contaminación, incorporando la factibilidad de reutilizar o reciclar el mismo.
En conclusión, es necesario entender que el material vive un proceso que se basa en 5 partes: Extracción, fabricación, transporte, utilización y culminación del recurso, y el conjunto de estas deben analizarse para obtener el consumo real de energía y cómo puede aportar de esta manera a la estrategia de proyecto.
Así como es importante este proceso, es primordial entender el real comportamiento térmico del material integrado ya a la obra y como este puede aportar al ahorro de energía que se propone, entendiendo que su inercia específica, su capacidad de captar o disipar energía y su comportamiento ante fuentes externas pueden aportar a generar ganancias y evitar perdidas en el interior. Incluso las fuentes energéticas empleadas pueden integrarse a las instalaciones de la edificación para constribuir a este proceso.